Historia

Para conocer la historia de la BNAH debemos remontarnos hasta el año de 1825, cuando Guadalupe Victoria, primer presidente del México independiente, con el consejo de Lucas Alamán, prestigiado político e historiador de la época, fundó, un 18 de marzo, el Museo Nacional de México. En ese lugar se tuvo a bien reservar una habitación para dar cabida, según las palabras de su primer conservador, a “las obras maestras de antigüedades e historia natural, manuscritas o impresas, y las que den a conocer nuestro territorio”.

Cuatro décadas más tarde, aquella habitación cobró mayor importancia y obtuvo el carácter de departamento. Esto sucedió en 1865,
durante el segundo imperio mexicano, cuando Maximiliano de Habsburgo
dotó al Museo de un edificio propio y reorganizó sus acervos en tres departamentos: uno de historia natural,
otro de arqueología e historia y uno más para Biblioteca.

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Aunque las efemérides mencionadas son importantes en el devenir de nuestro repositorio, fue hasta el 22 de diciembre de 1888, durante el mandato de Porfirio Díaz, que la Biblioteca del Museo se inauguró formalmente. El prestigiado historiador Francisco del Paso y Troncoso fue el encargado de cortar el listón y de dar nombramiento de primer bibliotecario al polígrafo José María de Ágreda y Sánchez, cuya elección fue precedida por su amplia experiencia como paleógrafo del Archivo General de la Nación y, también, por el
exigente celo guardián que forjó al desempeñarse como el último responsable de la Biblioteca Turriana de la Catedral Metropolitana, la primera de carácter público que existió en el territorio nacional.

Ya en el México moderno y, partir de la creación del INAH en 1939, la biblioteca del Museo pasó a ser la Biblioteca central del Instituto. En 1976, agregó a su nombre oficial el de su director, el Dr. Eusebio Dávalos Hurtado, sentido homenaje a uno de los antropólogos físicos más notables de nuestro país, quien desafortunadamente murió en 1968 a los 59 años de edad.

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Como ya se esbozó anteriormente, la Biblioteca del Museo tuvo su primera sede en el edificio que alguna vez alojó la Casa de Moneda novohispana, justo en la parte trasera del actual Palacio Nacional, el mismo lugar donde hoy reside el Museo Nacional de las Culturas.

Aunque su ubicación dentro de ese recinto varió con el tiempo,
finalmente, hacia 1909, ocupó un importante espacio situado en la
planta baja del edificio, donde obtuvo un espacio bastante holgado para alojar sus colecciones que se hallaban en crecimiento y también dónde dar cabida a los ávidos lectores que mes con mes acudían a sus instalaciones. Para ese momento los antiguos libreros de madera fueron sustituidos por elegantes y eficientes estanterías metálicas procedentes de Estados Unidos. Su ubicación, en el centro mismo de la capital del país, según testimonios de la época, convirtió a la biblioteca en uno de los puntos de reunión más concurridos por estudiosos e intelectuales de los últimos años del siglo XIX y la primera mitad del XX.

En 1964 la modernidad alcanzó al Museo Nacional. En ese año, el gobierno de México decidió mudar sus acervos arqueológicos y la biblioteca central del INAH a las nuevas instalaciones construidas en el bosque de Chapultepec. 

Ahora, entre abundante vegetación, los gruesos muros de piedra colonial
fueron sustituidos por el mármol, la madera, el cristal, el acero y el aluminio.

La Biblioteca se instaló en el primer piso del edificio diseñado
por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, donde se benefició
con amplias salas de consulta y espacio de sobra para alojar
más de 250, 000 volúmenes y los miles de manuscritos que
ya no cabían en su antigua instalación.

Además, tan solo un pasillo separaba a nuestra biblioteca
de la Escuela Nacional de Antropología, por lo que aquellos estudiantes
en ciernes y, también investigadores ya consagrados,
tuvieron al alcance todo el material que necesitaban
para llevar a buen puerto sus pesquisas académicas

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El universo bibliográfico y
documental de la BNAH
en la actualidad es sumamente vasto.
Cuenta con un acervo general conformado
por 500, 000 ejemplares, mismo que se mantiene en constante desarrollo.

Es poseedora de una importante
hemeroteca histórica;
una fototeca, una mapoteca
y un archivo del mismo carácter;
de un rico acervo sonoro
conformado por las grabaciones
de campo de importantes
etnomusicólogos y el testimonio oral dedistintos y poco conocidos
actores de la historia nacional.

Su Fondo Reservado
resguarda miles de libros impresos
desde el siglo XVI hasta la primera
mitad del siglo XX.

El Fondo Conventual que aloja
en su piso intermedio ostenta más de 28, 000 títulos provenientes de varios conventos
y colegios novohispanos.
 
Sin lugar a dudas, su Colección
de Códices Mexicanos  es la más
importante de nuestro país
y la que ha colocado  a nuestra
biblioteca en la palestra mundial.

Custodiamos 200 de los aproximadamente
550 códices mesoamericanos
que seconocen en el mundo,razón por la cual, desde 1997, fue reconocida como Memoria del Mundo por la UNESCO.

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Ubicación

 

Av. Paseo de la Reforma y
       Calz. Gandhi s/n,
        Col.Polanco      
       C.P. 11560, Alc.Miguel Hidalgo,
     CDMX, 1er piso    
      Museo Nacional
de Antropología.

Contacto

 

Telefonos:
55-55-5362-66
55-55-5341-91

Horario



9:00 h a 21:00 h 

COVID-19

 

Protocolo general 
para la reapertura
de la
Biblioteca Nacional
de Antropología e Historia
“Dr. Eusebio Dávalos Hurtado”
del Instituto Nacional de Antropología e Historia
en la nueva normalidad.

INAH-BNAH



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